Hasta último momento no se sabe si se puede hacer o no el paseo nocturno por las Cataratas del Iguazú, en el Parque Nacional Iguazú, ya que sólo se realiza si está completamente despejado, sin luz artificial, a la luz de la luna.
Con un cielo despejado, es la noche ideal para visitar las Cataratas con el reflejo de la luna, una de las excursiones más atractivas y exclusivas de Iguazú.
Las salidas nocturnas son sólo cinco por mes, se realizan siempre en luna llena.
Si bien las Cataratas son las mismas, de noche se ven completamente diferentes, con un halo de misterio que las envuelve, mucha actividad animal y tranquilidad por sobre todo.
Diariamente, el Parque recibe un promedio de 2500 personas y algunos fines de semana largos, puede registrar hasta 4000 visitas durante el día.
Por las noches, reina la tranquilidad en alguna de las 3 excursiones, que se realizan con un mínimo de 20 personas y un máximo de 120 por salida.
De noche, la selva se despierta, ya que más del 80% de las especies tiene hábitos nocturnos. Hay más animales nocturnos que diurnos, pero se comportan como fantasmas, ya que le tienen miedo a la presencia de los visitantes.
La salida inicia con un paseo de 20 minutos en el Tren Ecológico hasta la estación Garganta, en absoluta oscuridad y en silencio, disfrutando de los sonidos de la selva.
Desde la estacion del tren, se caminan 1000 metros por las pasarelas sobre el río hasta llegar el mirador de la Garganta del Diablo. Allí el paisaje cambia completamente, la selva tupida se transforma en río y se puede escuchar el murmullo del agua cayendo a lo lejos en la Garganta del Diablo. Por un efecto de la luz de la luna, parece que el agua cae a una velocidad mayor que durante el día, con un manto espumoso y blanco.
La Garganta del Diablo es el salto más impactante del parque, donde uno podría quedarse horas y horas contemplando el incesante paso del agua.
Generalmente, caen 1300 m3 de agua por segundo en una caída de 80 metros. Por efecto del viento, llueve permanentemente en el mirador.